Educación: el bullying silencioso

Cuando hablamos de bullying nos estamos refiriendo por definición al maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir. (Extraído de Universia.es)

Pero implícitamente, está incluido en él otro tipo de acoso silencioso y duradero. Ahora que en Latinoamérica está por comenzar el período escolar,  poder retomar estos temas es necesario y primordial.

Cuando sucede acoso escolar a nuestros hijos, sobrinos, o conocidos se nos retuerce el alma pensando lo que están sufriendo, buscando una solución para que no se dé más este tipo de situaciones, estudiando diferentes maneras de reforzar los aspectos psicológicos y emocionales del niño, entre otras medidas y conductas que tenemos que adoptar para salir triunfantes de una situación tan perturbadora.

¿Pero qué sucede con los demás niños que son observadores de esa situación?

Siempre focalizamos nuestra atención, ayuda y cuidados al que está sufriendo directamente la burla, la violencia y el hostigamiento. Pero una gran cantidad de niños también se ven afectados por estos comportamientos. De manera inconsciente su ego comienza a querer protegerlos de esas situaciones, buscando quedar excluidos de la misma y no sentirse amenazados por el entorno.

Este es mi caso…

Luego de muchos años de haber buscado explicaciones a patrones de comportamiento que se presentaban de manera inconsciente en mí, tuve una revelación. Mediante mi experiencia con las lecturas de registros akáshicos, de poder conectarme con mi alma y a través del trabajo con el chamanismo es que descubrí  la razón de mis conductas que derivan en el tema de este artículo.

Actualmente, tras haber transitado procesos potentes en mi vida pude ver con claridad la manera en que este bullying silencioso se adueñó de mí sin siquiera yo saberlo. Claramente está, que mi ego intentó en esos momentos protegerme de no ser afectada por el acoso que mis compañeros le ejercían hacia otra niña. Y ahí es, donde la imagen que me llega a través de la apertura de los registros cobró significado. “Un camión del ejército, en plena batalla disparando y agraviando a una persona.”

Consecuencias personales del bullying silencioso

En mi vida, este perjuicio que generó vivenciar un bullying de manera externa fue el de no querer sentirme expuesta, el de evitar lugares con muchas personas, apartarme de reuniones sociales, incomodidad al interactuar o ir a eventos, entre otros. Ciertamente es que esta situación era un poco contradictoria, yo quería disfrutar de esos momentos pero algo inconsciente me generaba molestia, tensión en mi cuerpo, enorme incomodidad. Y por otra parte yo deseaba poder liberarme de esas sensaciones no elegidas por mí.

¿Y qué tiene que ver mi respuesta de los registros con mi realidad?

A través de esa imagen pude comenzar a realizar un seguimiento de mi vida hasta los comienzos de esas sensaciones. Es increíble que se remontaran tanto tiempo atrás. Es por ese motivo que comento que el bullying silencioso es durardero e imperceptible.

La imagen del camión del ejército lleno de soldados atacando a una persona ejemplifica la acción de esta situación. Yo era esa persona, me sentía constantemente amenazada y como comenté antes no fui víctima de acoso directo por parte de mis compañeros. Pero sentir, que si llamaba la atención por algo podía pasar a ser agredida, hizo que yo quisiera siempre pasar desapercibida. Cuanto menos era mirada, mejor. Cuanto menos alguien percibiera que estaba allí, mejor.

¿Pero por qué sentía esto aún siendo adulta?

Ahí estaba la respuesta, si yo llamaba la atención por lo bonita que estaba o por lo descuidada que podía estar pasaba a ser víctima del “ejército”. Mi instinto de supervivencia pedía quedarme escondida y  recluida. Estaba totalmente desaconsejado exponerme y era así que mi cuerpo me lo hacía saber, poniéndose tenso, rígido, incómodo.

Como alguien que forma parte de una batalla, era necesario estar camuflada para no llamar la atención y ser víctima. Si me exponía, me moría. Si me escondía, sobrevivía. Y por última opción quedaba por pasarme al bando del ejército, cosa que no estaba en mi mente ya que veía como mis compañeras eran agraviadas y lejos estaba de mí lastimar a nadie.

A modo de reflexión…

El bullying no sólo afecta a la víctima, sino que muchos son víctimas indirectas de la situación. Me parece mucho más grave de lo que se ve. Esta revelación me hace pensar y reflexionar muchísimo sobre alumnos que he tenido que quizás fueron perjudicados por situaciones similares, pero que pasan totalmente desapercibidas. Son tan sutiles que son casi imposible de identificar y de reconocer.

Al ser el inconsciente el que genera este tipo de coraza y de protección con el fin de sobrevivir al momento, la persona no percibe que algo suyo está sucediendo y sucede, en silencio pero sucede.

Mi intención con este artículo es poder indagar en nosotros sobre este asunto y a la vez estar más atentos a  nuestros niños; poder hablar del tema, de poder expresarlo para fomentar el diálogo, la comprensión, el cuidado, la contención y evitar consecuencias a largo plazo.

De corazón deseo haber podido ser una luz en la oscuridad y facilitarle el camino de quien lo esté transitando. Generar la reflexión, la sanación y la liberación es mi propósito. Si sentís que este artículo puede serle útil a alguien, te invito a que lo compartas, cuantas más personas estemos atentos a estos hechos menos condicionados seremos y más felices y libres nos sentiremos.

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ESCRITO POR SOLEDAD CABRERA